Poniendo a prueba los límites
Cuando el primer DiaStar se presentó en abril de 1962 en la Feria del Reloj de Basilea (Suiza), se convirtió en una auténtica sensación. Sin embargo, la historia de este icono comenzó mucho antes como una sencilla idea: ofrecer al mundo un reloj exacto y de belleza imperecedera. Un reloj con un diseño único e inconfundible y un lustre deslumbrante. Tras años de investigación y desarrollo, combinados con una buena dosis de espíritu innovador y valentía, nació un objeto con una forma y un carisma verdaderamente especiales: el primer reloj resistente a los arañazos del mundo.